El Buen Trato es una forma de relación que incluye todos los comportamientos que promueven el bienestar y aseguren una calidad de vida. Desde esta perspectiva, el punto e partida consiste en responder correctamente a las necesidades de cuidado, protección, educación, respeto, empatía y apego de los niños, niñas y adolescentes. La responsabilidad de garantizar que aquello se cumpla recae en quienes ocupan un lugar de jerarquía en relación a los niños, niñas y adolescentes: padres, educadores y adultos en general.
Ser bien tratados es un derecho que poseen todos los niños y las niñas por el simple hecho de existir. En este sentido, es una obligación del estado proteger a la infancia de todo lo que haya contra este derecho. Asimismo, le compete la obligación de establecer medidas preventivas y de tratamiento en caso de una eventual vulneración.
La importancia de recibir buenos tratos a temprana edad radica en que favorece el desarrollo socio-afectivo sano y los futuros aprendizajes, y además, conlleva una serie de beneficios tanto en el plano neurobiológico como en el psicológico, y en consecuencia, también en el desarrollo cognitivo y social.
DECÁLOGO DEL BUEN TRATO
- Respetar y valorar la opinión del otro.
- Tomar conciencia de la responsabilidad que conlleva nuestro rol, cualquiera sea él.
- Interés por conocer al otro de manera genuina.
- Asertividad en lo que se dice.
- Respeto a la diversidad multicultural, sexual, social y de género.
- Disposición a la participación.
- Respeto al medioambiente y entorno.
- Estimular la sana convivencia entre pares.
- Comprender la individualidad del otro.
- Utilizar el diálogo como herramienta para resolución de conflictos.
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